1. Contar con un agente inmobiliario
Los agentes inmobiliarios se dedican a la venta de bienes raíces. Son ellos quienes realizan la búsqueda y las visitas de las propiedades para enseñarlas a los futuros compradores conforme a sus necesidades y posibilidades, se encargan del papeleo de compraventa, evalúan la situación del mercado inmobiliario, pactan las condiciones con los dueños y ejercen funciones como gestores y asesores inmobiliarios.
Un agente inmobiliario puede llegar a ejercer diferentes papeles y cubrir responsabilidades en diferentes áreas tales como el sector comercial (venta, marketing y captación), la asesoría legal y gestor (burocracia, papeleos y contratos) y finalmente la de profesional que estudia el mercado.
2. Precalificarse con un prestamista si va a financiar la compra
Es importante conocer las necesidades personales de vivienda, es decir cuáles son los objetivos personales de compra y la capacidad financiera. Este paso se conoce como “calificando al comprador”. Una vez completada la etapa de calificación es importante conocer cuáles son los objetivos de vivienda y qué puede pagar.
La calificación financiera ayuda a determinar cuánto dinero puede pedir prestado el comprador para la adquisición de la propiedad, y esto es fundamental para una compra exitosa. Si se solicita un préstamo que luego es rechazado, tanto el comprador, como el vendedor y el agente de bienes raíces han perdido tiempo y esfuerzo. Además, se pierden los honorarios por solicitud de préstamos que pueden variar entre $250 a $500, dependiendo del prestamista. Teniendo en cuenta estos problemas, es muy importante comprender la importancia de la calificación financiera.
Esto igualmente ayudará al agente inmobiliario a hacer una selección de propiedades que se ajusten a la situación del comprador.
*En un próximo artículo, les hablaremos más detalladamente sobre paso #3 (Iniciar la búsqueda del inmueble) y paso #4 (Presentar y negociar el contrato de compraventa).